De nuestra adoración por los sonidos alternativos de los noventa hemos dado ya sobradas pruebas a lo largo de estos años y esta semana volvemos a dejarnos llevar por nuestras filias a la hora de seleccionar nuestra canción de la semana. Hoy, desde Los Angeles y cargados de cruda energía rockera, traemos hasta nuestra página a TEST, una banda con escaso recorrido aún pero con una infecciosa propuesta entre el punk rock setentero y los sonidos garajeros más actuales. Los norteamericanos han adelantado ya algunos temas de su álbum de debut BRAIN IN / BRAIN OUT (2017), que estará disponible el 10 de noviembre y que confirma las buenas sensaciones que provocaron el año pasado con sus primeras grabaciones.
Un trío formado por Blake Stokes (voz, guitarra) y Wayne Meza (bajo) al que se unió pronto el baterista Morgan Ponder y cuya amistad e inquietudes musicales comunes les han llevado hasta Los Angeles para dar rienda suelta a sus particulares obsesiones por el punk de los setenta (The Clash, Sex Pistols), el britpop noventero (Blur, Oasis) y el garaje rock de comienzos de este siglo (The Libertines, The Hives). Debutaron el año pasado con el EP Temple and Vibrate (2016), que atesoraba cuatro cortes intencionalmente abrasivos, con una amalgama de ritmos dance-punk, endiablados riffs y macabras letras en títulos como el homónimo Temple and Vibrate o los infecciosísimos Psychic surgery o Anthill 66, buenos ejemplos de la explosividad y el buen hacer de estos muchachos.
De su nuevo trabajo BRAIN IN / BRAIN OUT (2017) han adelantado tres temas hasta la fecha, 7th Street Metro, Hallways y nuestra propuesta de esta semana, que acaba de estrenar videoclip. Entertainment tonight, en palabras de Stokes, es un intento de escribir una canción de Oasis que ha terminado sonando como The 1990’s versionando a los Pixies. El caso es que la influencia de estos últimos en el sonido del tema es más que evidente y volvemos a encontrarnos ante otra muestra de la frescura de este trío. Con un comienzo puro Teenage Kicks de The Undertones y un infeccioso ritmo de bajo, coronado por la voz de un Stokes que por momentos emula con descaro a Black Francis, el tema se degusta con placer desde los primeros acordes. Aderezado, además, por un vídeo no apto para todos los estómagos pero que pretende ser la contraposición al incendiario sonido de la canción. Una banda a la que seguir la pista de cerca. Disfruten.
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CÉSAR ALONSO
velvety 