En Velvety nos encantan los caballos. Tras casi seis mil años conviviendo con ellos, estos herbívoros solípedos nos han hecho la vida un poco más fácil. Son animales inteligentes, nobles, altivos y fieles como pocos, como dice el refrán: caballo que ama al dueño, hasta respira como él. Muchas canciones se refieren a ellos, casi siempre para usarlos en complejas metáforas sobre la vuelta a lo salvaje, la vida desenfrenada, el corazón enamorado o las inevitables drogas. Con metáforas o sin ellas, nos decantamos por estos cinco temas equinos que aúnan buen rock, folk y pop con algún añadido algo friki para demostrar nuestro amor por ellos. Disfruten.
1. A HORSE WITH NO NAME (America).1971
Bautizada originalmente como Desert song, el primer sencillo de la banda londinense America fue también su primer gran éxito, y una de sus canciones más recordadas. A horse with no name triunfó más al otro lado del Atlántico que en Europa, pese a que fue vetada por algunas emisoras de radio por sus supuestas referencias al consumo de drogas (algo que siempre negaron); en 1972 llegó al número uno de las listas estadounidenses y al segundo puesto de las británicas. La canción narra un viaje al desierto en busca de nuestros orígenes y nuestro destino, una introspección mística escrita por Dewey Bunnell, inspirada en un viaje que realizó para visitar a su familia en Arizona, donde el mismo desierto que un día cabalgó John Wayne le dejó impresionado. Con una instrumentación acústica en la onda de Neil Young o Crosby, Stills & Nash (curiosamente el tema desbancó del número uno al Heart of gold de Young), la canción está cargada de épica y de elaboradas armonías vocales que nos ayudan en nuestro propio viaje interior, cual caballo sin nombre incapaz de encontrar su destino.
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2. BRING ON THE DANCING HORSES (Echo & The Bunnymen).1985
De Liverpool no solo salió un cuarteto insigne. En los años ochenta y noventa triunfó indiscutiblemente una de las bandas más perfeccionistas de la historia de la mano del carismático Ian McCulloch, los imprescindibles Echo & The Bunnymen. Autores de verdaderas obras de orfebrería pop, en 1985 incluyeron el excelente tema inédito Bring on the dancing horses en el recopilatorio Songs to learn & sing. ¿Caballos bailarines?, la extraña letra de la canción se permite ésta y otras licencias metafóricas sobre un brumoso fondo psicodélico, una bonita melodía y un pegadizo estribillo: Bring on the dancing horses, wherever they may roam, shiver and say the words, of every lie you’ve heard. El tema contó con un curioso y onírico videoclip dirigido por el reputado Anton Corbijn a base de siluetas, en el que aparece hasta una vaca entre los inquietantes caballos que acompañan a los músicos. Treinta años de galope ya para una canción que se sigue degustando como el primer día.
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3. WILD HORSES (The Rolling Stones).1971
Una de las grandes baladas de la banda británica, compuesta en 1969 pero publicada en el imprescindible álbum Sticky Fingers (1971) dos años después, con un precioso embalaje diseñado por Andy Warhol para una de las portadas mas míticas del rock. Cuenta la leyenda stoniana que fue Keith Richards quien se sentía como un caballo salvaje al tener que dejar a su hijo Marlon para salir de gira con la banda. Sin embargo, hay otra lectura según la cual, Mick Jagger reescribió gran parte de la letra para reflejar sus sentimientos ante la ruptura con Marianne Faithfull, su novia de entonces, sin olvidar las referencias de siempre al tema de las drogas (horse es la acepción usada para la heroína). Caballos metafóricos y simbolismos aparte, nos encontramos ante uno de los mejores temas de los Stones, rodeado de una sensibilidad extrema y que fue regrabado en formato acústico para su álbum Stripped (1995), además de ser pasto de numerosas versiones posteriores. Néctar equino.
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4. A HORSE IN THE COUNTRY (Cowboy Junkies).1992
La preciosa voz de Margo Timmins, vocalista de los canadienses Cowboy Junkies, nos introduce en esta delicada historia amorosa en la que un caballo (sin metáforas) se erige en el héroe cotidiano que proporciona la huida de la protagonista de una vida que no está a la altura de sus expectativas. Los tres hermanos de Ontario, descendientes de Noah Timmins, un prospector minero que fundó la ciudad canadiense de Timmins, llevan juntos desde 1985 con una honesta discografía de puro sonido americano. A horse in the country está incluida en uno de sus mejores trabajos, Black eyed man (1992), que se paseó sin mucho ruido por las listas de ventas norteamericanas, aunque en su país tuviera cierta repercusión. De momento nosotros vamos ensillando el caballo por si la ocasión lo requiere.
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5. BABIECA HIEDE (Los Ganglios).2014
Surrealismo musical equino. El trío extremeño-sueco, abanderado de la música porc, homenajea en esta descacharrante canción a uno de los caballos más famosos de la historia. Babieca hiede no deja indiferente, o la odias al instante o caes rendido al absurdo y no puedes dejar de tararear hasta la saciedad su tecno medieval y sus versos imposibles: Forraje por la mañana, zanahoria al mediodía y después de la batalla…¡azucarillo!. Autores de varios clásicos interneteros de los últimos años, como L.O.L, Soy el Papa negro o Eres mutante, nuestro tema equino fue incluido en su último álbum Lubricante (2014). El videoclip de la canción, algo que suelen cuidar mucho en Los Ganglios, es una desquiciante sucesión de imágenes relacionadas con El Cid Campeador, los caballos y medievo por doquier. Aprieten las cinchas, que nos vamos…
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C.A
velvety 
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