En las campañas electorales cualquier instrumento es válido para acercarse al pueblo y a los votantes. Dentro de este amplio catálogo caben niños pequeños, obras sociales, inauguraciones… Los políticos, y sobre todo sus gabinetes, saben muy bien la importancia de apelar al aspecto más emocional para acercarse a las masas, así que cómo prescindir de uno de los elementos fundamentales que rodea la vida y se asocia a las vivencias, como es la música. Esta semana en la que comienza oficialmente la campaña electoral en España nos dejamos arrastrar por la vorágine de sus himnos y recordamos algunos de los que han acompañado los mítines dentro y fuera de nuestras fronteras.
Estados Unidos es el país que más claro ha tenido desde hace tiempo que había que unir campaña a himno musical. Se supone que el primero en utilizar una canción se remonta a 1932 y al candidato Roosevelt con Happy days are here again (de MIlton Ager y Jack Yellen, y popularizada posteriormente por Judy Garland a duo con Barbra Streisand). Pero no fue hasta pasada la primera mitad del siglo cuando es recurrente y casi obligatorio echar mano a una canción impactante para ganar adeptos. John F. Kennedy escogió a Frank Sinatra y su High Hopes para su campaña en 1960 y George McGovern utilizó la lírica Bridge over troubled water de Simon&Garfunkel (aunque no consiguió ganar a Richard Nixon) en 1972.
En una nación en la que se destinan ingentes cantidades de dinero en financiar campañas, es curioso que el himno más utilizado haya sido mal utilizado. Y es que el Born in the USA (1984) de The Boss ha sido sin duda la canción de la que más partidos y/o candidatos se han apoderado para utilizarlo como seña de patriotismo y resurgimiento de su gran potencia. Lo paradójico es que la letra de Bruce Springsteen, que al margen de las campañas, es un himno para todo el pueblo, nada tenía que ver con el tono patriótico y de sacar pecho que se ha atribuido. Bruce hacía una crítica nada velada a la guerra de Vietnam y las clases más desfavorecidas de Estados Unidos (I’m ten years burning down the road now here to run ain’t got nowhere to go), pero se idealizó la portada con las barras y estrellas y el estribillo y se obvió el resto de la letra.
La administración Reegan ya la usó para apelar a los instintos más patrióticos. Bruce acabó harto de la malainterpretación e incluso rechazó sumas millonarias (12 millones de dólares de Chrysler) por ser banda sonora de spots publicitarios. Posteriormente también tuvo que prohibir su uso a otros candidato republicanos, Bob Dole en 1996 y Pat Buchanan en 1999, cuando este quería adoptarla para mostrarse como un representante de las clases trabajadoras.
El partido republicano volvía a utilizar en 1984 una canción cuyo intérprete, Woody Guthrie, poco tenía que ver con su mensaje. Aun así, apelaron al patriotismo con su tema This land is your land en 1988. Musicalmente hablando, le ganó la baza al America de Neil Diamond, escogida por su competidor, Michael Dukakis.
Las campañas de Bill Clinton bien se recuerdan por su contagiosa música. Para los mitines previos a su primera presidencia la escogida fue Don’t stop, de Fleetwood Mac. Para su reelección, en el verano de 1996 el partido demócrata se volvió loco bailando al ritmo de una canción española, el tema Macarena de Los del Río, que en realidad fue escogida por su alegría y chispa, porque lo que es mensaje, mensaje… no le encontramos. De hecho, todo surgió de un piropo que le lanzaron a una venezolana en su país cuando la vieron bailar a ritmo flamenco. Cuando la discográfica de los hispalenses fue absorbida por otra mayor, regrabada y lanzada al mercado americano, causando furor en todo el continente. El ritmo sobrepasó la campaña y acabó bailándose en todo Estados Unidos, tanto en partidos de rugby, como de béisbol, como de baloncesto… Incluso en las Olimpiadas de ese año en Atlanta el equipo de gimnasio rítmica del país escogió este tema para su coreografía.
Barack Obama, para su primera lucha por la presidencia del país, utilizó la canción que el grupo irlandés U2 compuso como homenaje a los caídos en los atentados del 11S, City of Blinding Lights. Además, sin ningún tipo de petición mediante, el componente de The Black Eyed Peas, Wil. I. Am compusó para apoyar su campaña el tema Yes, we can, entonada por multitud de caras famosas.
No exentas de polémicas y encontronazos se encuentran las campañas cuando los candidatos escogen canciones sin permiso de sus autores. El cantante de Foo Fighters prohibió al republicano John McCain utilizar su canción My Hero para su campaña de 2008 en la que se enfrentaba a Obama. Talking Heads incluso llegó a demandar al senador Marco Rubio por utilizar sin permiso su canción Road to Nowhere. Y sí, tuvo que pagar (aunque lo caro que le salió quedó en un ámbito privado). Este mismo año, el incalificable Donald Trump usaba la canción de Neil Young Rockin in free world para sus propósitos electorales, despertando las iras del canadiense.
Fuera de Estados Unidos también ha habido enfrentamientos entre partidos y músicos. Un ejemplo es Francia, en la que Nicolas Sarkozy intentó usar el video Kids, de la banda MGMT, a la que tuvo que pagar una indemnización por su uso no consentido.
No todo son apoyos ni denuncias, sino también parodias. El grupo The Mockers, dos de cuyos miembros quedaron marcados por su corta vivencia infantil en España, versionó la canción de Los Nikis El imperio contrataca para mofarse de la política exterior de la administración Bush.
En nuestro país, las primeras elecciones tras la dictadura ya vinieron acompañadas de música. Eso sí, los candidatos pedían expresamente una letra a conocidos músicos. El partido de Adolfo Suárez, UCD, acompañó su campaña con letra compuesta por Juan Pardo, mientras que el alicantino Jaime Morey atendía a la petición de Fraga y su AP para su candidatura, algo que, por cierto, le causó bastantes problemas en España y encontronazos con su discográfica. Curiosamente, años después abandonó la carrera como cantante para representar a artistas, entre ellos… Los Del Río en la época de su Macarena.
El PCE escogió a Víctor Manuel para poner letra a su canción en las primeras elecciones a las que pudo presentarse tras su legalización. El nombre era Pon tu voto a trabajar.
Pero sin duda, de las últimas utilizadas la que más memes y risas ha provocado han sido los bailes del representante del PSOE a las elecciones catalanes, Miquel Izeta y sus desencajados bailes al ritmo de Don’t stop me now de Queen. De hecho, ha calado hondo el hastag en las redes #Izetalopeta. Quizá porque algo de alegría faltaba en las turbulentas y crispadas elecciones.
Y tampoco aquí nos hemos librado de desencuentros. Macaco mostró indignación por la utilización de su tema La trama como banda sonora en varios videos del PP. Y Joe Crepúsculo, nombre comercial del cantante Joël Iriarte, compuso a petición del partido Podemos su himno, aunque no gustó mucho el resultado. Al categórico Esta sintonía no me gusta de Pablo Iglesias, igual de rotunda fue la respuesta del catalán: Estoy muy orgulloso, creo que ha quedado muy bien. Para gustos los colores.
Entre tanta canción nos despedimos con una de las utilizadas sin autorización (para que luego hablen de piratería los políticos). Se trata de Foo Fighters y su tema My Hero, del álbum The colour and the shape (1997). Disfruten.
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Texto: Concha Gallén
Fotografía: Amy Sancetta