Estamos de enhorabuena. 25 años se cumplen del nacimiento del britpop, excusa que nos viene de perilla para homenajear a diversas bandas que sacudieron con su música el panorama musical del momento. Suede acaba de celebrar las bodas de plata de su debut, uno de los más expectantes y exitosos de todos los tiempos. Aunque supieron mantener el nivel, siempre se encontraron ensombrecidos por coetáneos como Oasis y Blur, cuya explícita enemistad era celebradísima en su país, y ante cuyo estilo más directo no podía competir la languidez y lirismo de la banda de Anderson. Así que hoy nos desquitamos comenzando por ellos, como bien merecen.
En 1989 Brett Anderson vivía con su novia, Justine Frischmann y Mat Osman (en un piso que pagaban los acaudalados padres de la guitarrista). El terceto se había conocido en la universidad de Londres, donde los dos primeros estudiaban arquitectura y Osman Económicas. Decididos a dedicarse profesionalmente a la música, contratan un anuncio en la NME buscando a un guitarra principal, jugada que les sale redonda, al contactar con ellos ellos Bernard Butler, para muchos el artífice principal de su éxito inmediato. Poco después se incorpora a la formación Simon Gilbert (que a su vez sustituía a Mike Joyce, ex batería de The Smiths, quien pasó brevemente por la banda).
Pocos grupos han despertado tanta expectación desde su debut. Para ser exactos, antes de él. La prestigiosa revista Melody Maker se atrevió a nombrarles la mejor nueva banda británica antes siquiera de que viera la luz su primer álbum. Les bastó con escuchar el sencillo de adelanto, The drowners. Y no defraudaron. Gracias a este LP ostentan la categoría de tener el disco debut mas rápido (hasta ese momento) en venderse en la historia de Gran Bretaña, llegando al número 1 de las listas de inmediato. Con nombre homónimo al de la formación, Suede (1993) se convierte en una de las piedras angulares del que será llamado britpop.
Para entender el fenómeno, hay remontarse y estudiar el contexto de la época. USA le ganaba la partida al Reino Unido, tras un larguísima temporada de hegemonía musical, gracias al grunge que inundaba la escena mundial. Anderson, Butler y el compañía pretendían retomar sonidos previos, aunando sus pasiones por excelsos músicos como The Kinks, The Smith, Bowie y el glam en general y la psicodelia. Contaron para ello con el favor del público; concretamente en su país había ganas de revanchismo, de recuperar el podio que, desde Los Beatles, diversos movimientos habían conseguido y mantenido. La Union Jack ondeaba de nuevo.
Con Suede (1993), singles como Animal Nitrate, Moving, Animal Lover, Metal Mickey o So young les convierten en ídolos de masas y logran el Mercury Music Prize. A la calidad de su música se unía el carisma de su frontman. Anderson exhibía una estudiada androginia que combinaba a la perfección con temas que hablaban de sexo, drogas, rock’n’ roll y desencanto. Bocatto di cardinale para la juventud de cualquier época.
Antes de su lanzamiento, la única representación femenina entre tanta testosterona había abandonado sus filas. Y es que Frischmann renegaba de los sonidos de su banda. Demasiados parsimoniosos para ella, ansiosa de más frenetismo. Tampoco coincidía con Anderson en su proyección como pareja, deseoso este de tener una clásica familia con hijos. Por ello no es extraño que el encuentro con Damon Albarn le sirviera como excusa para romper con ambas relaciones, la personal y la profesional. Aunque las versiones son distintas, todas coinciden en que comenzó a salir con el cantante de Blur mientras aún seguía con Anderson, lo que impulso su salida del grupo. Según otras versiones, su salida fue impulsada por la patada que le dio el vocalista y pareja ante las evidentes infidelidades con uno de sus rivales musicales. Tras ello formó Elastica, compitiendo con su ex. Pero eso es otra historia…
Antes de grabar su siguiente LP, lanzan para San Valentín de 1994 el sencillo Stay together, que se convierte en el mayor éxito de la formación, aupándose al número 3 de las listas. Cuando el octubre se publica Dog man star, Butler había tomado su camino por separado. Y es que dos egos tan fuertes no suelen sobrevivir en tan poco espacio. Pocos confiaban en que la banda remontara tras la salida del guitarrista, algo en lo que erraron… Más ambicioso y oscuro, logró ser disco de oro y alcanzó el tercer puesto de las listas, así como la unanimidad (positiva) de la crítica (The Guardian le incluyó en los 1000 discos a escuchar antes de morir), aparte de ser considerado de culto por sus fans. Lo encumbran grandes canciones como The wild ones, New generation, The asphalt world, We are the pigs. o Still Life. El jovencísimo Richard Oakes, con solo 17 años se encargó de la difícil sustitución de Butler, y adicionaron los teclados de Neil Codling.
El 1996 publican su tercer trabajo, Coming up, con una excelente carta de presentación, el single Trash. Con un tono más pop, le acompañan otros temas como Beautiful ones, Saturday Night o Lazy que le convierten en su disco más vendido a nivel mundial. Esta época coincide con la polémica que provocaron las declaraciones de Frischmann, acusando a Anderson de una adicción a la heroína. El aludido reconoció más tarde que por esa época su dieta se basaba en dicha droga y arroz integral. Nada que ver con el Arderson actual, residente en Ibiza, rehabilitado y casado con una naturópata.
Para su cuarto disco, Head Music (1999), cambian de productor, lo que coincide en un viraje hacia sonidos más electrónicos, algo que desconcierta a parte de sus seguidores. Por entonces, los problemas del cantante con las drogas había empeorado, desembocando en su adicción al crack, a lo que se unían los trastornos de salud del teclista, con un síndrome de fatiga crónica. Aún así, el LP consiguió superar todas las dificultades y volvió a ocupar el podio de las listas británicas. Entre sus sencillos más destacados se encuentran Electricity, Can’t get enough o She’s in fashion.
Con su último álbum antes de la ruptura, las opiniones se reparten. Para muchos, New morning (2002) supuso el naufragio definitivo, un disco que no está a la altura del resto y cuyos temas son copias malas de otros anteriores. Para otra parte, seguía la estela del anterior pero lo superaba gracias a composiciones como Obsessions o Beautiful loser. Sea como fuere, supuso un fracaso comercial y deciden separarse, planteándolo a su público como un descanso temporal.
Para regocijo y asombro, en el año 2004 Anderson y su antiguo compañero, Bernard Butler, superan sus diferencias para formar la banda The Tears y publicar su único LP, Here comes the tears. Aunque provoca melancolía escucharlo y recordar lo que fueron y el resultado actual, que no pasará a la historia, no se pueden quitar méritos a temas como Lovers, Refugees, Autograph o The Ghost of you . Logró un más que meritorio puesto nº 15 en la listas patrias.
En 2010 la banda primigenia se reúne para un concierto benéfico en el Royal Albert Hall de Londres, y el éxito es tal que continúan de gira alrededor del mundo durante los tres siguientes años, hasta la publicación de Bloodsports (2013), recibido con buenas críticas y del que destacamos It starts and ends with you.
En 2016 graban el último LP hasta la fecha, Night Thoughts, que supera al anterior en resultados y aceptación, siendo considerado el mejor desde Dog man star. En sus composiciones se puede comprobar la maduración en la temática de las canciones. Temas como la soberbia Pale snow, Now tomorrow, The fur and the feathers o I can’t give her what she wants dan cuenta de ello.
Confiando en que siga su sintonía personal para continuar creando temas en conjunto, como colofón escogemos una canción del disco debut, la fascinante Animal Nitrate. Disfruten.
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Concha Gallén
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