Tras un exitoso año de celebración del vigésimo aniversario de la banda, los bostonianos Dropkick Murphys vuelven a la carga con su atractiva fórmula de infeccioso punk con toques celtas que tantas alegrías nos ha dado en las dos últimas décadas. A comienzos de 2017, concretamente el día 6 de enero, verá la luz el noveno álbum de estudio del grupo (sin incluir los múltiples sencillos y recopilatorios que atesoran), 11 Short Stories of Pain &Glory (2017), el esperado trabajo de una banda que nunca aburre, editado a través de su sello Born&Bred Records y del que hemos escuchado ya algún adelanto.
Un atractivo combo, nacido en South Boston, el barrio de la capital de Massachusetts habitado en su mayoría por inmigrantes irlandeses, que desde sus humildes comienzos tocando en todo tipo de escenarios de los clubs de su ciudad pasó a ir labrando una discografía irreprochable, logrando estelares apariciones en series y películas (entre ellas la oscarizada Infiltrados de Martin Scorsese) y deslumbrando en los populares conciertos del Día de San Patricio, que han hecho correr ríos de tinta, o más bien de rica Guinness entre su manada de seguidores. Una recomendable banda con un amplio recorrido de dos décadas ya, en las que han vendido más de cuatro millones de álbumes y cuya última referencia discográfica es de hace tres años, el folkie álbum Signed and sealed in blood (2013), que contenía el tremendo himno Rose tattoo.
Su nuevo trabajo ha sido grabado en El Paso (Tejas) y producido por Ted Hutt (The Gaslight Anthem, Flogging Molly) y será el primero de los dos que los bostonianos tienen previsto editar el año que viene. Un álbum que contiene once canciones, de las que hemos escuchado ya tres singles de adelanto, Blood, un pildorazo de punk céltico para corear a voz en grito y sangrar de placer publicado el mes pasado, Paying my way, su última referencia, otro efectivo y sudoroso himno para su colección y la revisión que los bostonianos hacen del eterno You’ll never walk alone, un corte con reminiscencias deportivas, tan del gusto de la banda y que hemos convertido en nuestra canción de la semana.
Un tema compuesto por Richard Rodgers (música) y Oscar Hammerstein (letra) que apareció originalmente en 1945 en el musical Carousel y que ha pasado por las manos de numerosos grandes artistas (Elvis Presley, Frank Sinatra, Johnny Cash, Nina Simone, Judy Garland…), entre ellos los infecciosos Gerry & The Pacemakers, banda de la British Invasion que la llevaron al número uno de las listas en 1963. Adoptado por el Liverpool F.C como su himno oficial poco después (pelos como escarpias ante todo un estadio cantándolo al unísono), estamos ante una canción sublime que ha hecho mella en el corazón de muchas personas. La versión de los Dropkick Murphys no le va a la zaga y consiguen adaptar el tema con pasión, gritando cada verso como enfervorizados hooligans ingleses. Afiladas guitarras punk, contagiosas gaitas y una eterna letra para enmarcar y corear es nuestra propuesta para estos días navideños. Walk on, walk on with hope in your heart and you’ll never walk alone.
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CÉSAR ALONSO