Como cada temporada, cuando llega la curva final en la que despedimos año, en lo que a Velvety se refiere, imposible no sentir tristeza al hacer repaso de los personajes alrededor del mundo de la música cuyas vidas han acabado. Este 2016 se hace más duro al habernos dejado grandiosos músicos que han marcado indefectiblemente a generaciones enteras y multitudes de cantantes y bandas que han mamado de su legado. Esperamos que en los pocos días que restan de año no caiga ninguno más, pues tenemos la sensación de que este 2016 la parca está saldando demasiadas cuentas.
2016 mostraba tempranamente lo que iba a dar de sí el reguero de pérdidas con la muerte de David Bowie, casi sin haber tenido tiempo de despedir la Navidad (10 enero). El británico, prácticamente retirado de la escena pública en la última década, llevaba más de año y medio luchando contra un cáncer de hígado. Dos días antes de su fallecimiento y coincidiendo con su cumpleaños se publicaba su último disco, Blackstar, con el single de Lazarus lleno de mensajes referenciales a la muerte que hacían pensar la consciencia de Bowie de su inminente desenlace. Ello, junto con otra serie de datos ha despertado la teoría de que la muerte del compositor hubiera sido realmente un suicidio asistido. Sea como fuera, el resultado es invariable, la desaparición de más que un símbolo absolutamente irreemplazable. Casualidades de la vida (o la muerte), pocos días después fallecía Dale Griffin, batería de la banda de rock británica Mott the Hoople, que alcanzó el éxito sobre todo debido a la canción que les regaló El Duque Blanco, All the young dudes.
El 21 de abril quedábamos de nuevo boquiabiertos por la inesperada muerte del genio de Minnesota, Prince. Con 57 años de edad, el músico fue encontrado por el personal de servicio de su residencia de Minneapolis. Tras multitud de hipótesis, la autopsia desveló que el cantante sufrió una accidental sobredosis de un opiáceo que aliviaba sus dolores de cadera desde que tuviera que ser sometido a una operación seis años atrás. Una noticia que impactó a medio mundo por el legado que este pedazo de músico (recordemos que tocaba más de 30 instrumentos) nos dejó en forma de fusiones de prácticamente todos los estilos: pop, rock, r&b, funk, soul…
Continuando con la estela de muertes sorprendentes, el 10 de noviembre la familia de Leonard Cohen comunicó a través de las redes sociales su fallecimiento, acaecido tres días antes en su residencia de Los Ángeles. El compositor y poeta, de 82 años de edad, había ofrecido un concierto en esa ciudad apenas un mes antes, en el que relató su deseo de vivir hasta los 120 años. Una fatal caída de la cama mientras dormía se lo impidió. Pocos meses antes ya le había destrozado la pérdida de su musa, la protagonista de su inolvidable So long, Marianne, a quien dedicó una carta póstuma en la que mencionaba pienso que te seguiré muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de tí que si estirases la mano, creo que alcanzarías la mía. Cinco décadas de joyas musicales de uno de los poetas más reverenciados del pop.
Ayer mismo nos nos despertamos con el anuncio de la muerte del cantante George Michael, todo un icono del pop en la década de los 80 y 90, primero con la banda Wham! y posteriormente en solitario. Con solo 53 años, las causas de su muerte no han sido desveladas. Quedan para el recuerdo su portentosa voz (incluso hubo rumores de que sustituiría a Freddy Mercury en Queen tras su fallecimiento), un buen puñado de estupendas canciones pop y duetos estelares, como el que realizó con Elton John o Aretha Franklin y baladas tan magníficas como One more try o Careless Whisper. Esperemos que se recuerde ello y no sus últimas etapas, llenas de escándalos relacionados con sus prácticas sexuales y abuso de drogas que incluso le llevaron a prisión.
Pocas antes de Nochebuena fallecía en un hospital de Marbella Rick Parfitt, mítico guitarrista de Status Quo, a los 68 años de edad por una infección debido a una lesión de hombro. Vinculado al grupo británico desde sus inicios, los problemas de salud que arrastraba este año, en el que había sufrido un ataque cardiaco, le habían obligado a no participar en la gira de otoño, pero estaba preparando su biografía y un disco en solitario.
Aunque fallecido el pasado año, apenas pudo aparecer en obituarios Lemmy Kilmister, vocalista de la banda Motörhead, quien no pudo ganar la partida al cáncer de próstata que le diagnosticaron dos días antes de su muerte, el 28 de diciembre
El 22 de abril nos dejaba Malik Taylor, más conocido por su nombre artístico, Phife Dawg, de 49 años de edad y miembro de la mítica banda de hip hop de los 90 A tribe called Quest, por complicaciones debidas a su enfermedad diabética.
Otro músico de referencia, en este caso en el mundo del ska y el reggae, el jamaicano Prince Buster, moría debido a múltiples derrames cerebrales el 8 de septiembre. Figura clave de los géneros anteriores, fue inspirador en los británicos Madness, cuyo nombre estaba inspirado en una de sus canciones, del que también versionaron One step beyond.
De la banda Emerson, Lake & Palmer nos abandonaban dos de sus miembros en un solo año. En primer lugar, Keith Emerson, el teclista, el 10 de marzo, que según la autopsia se suicidió de un tiro en la cabeza en su casa de California. Greg Lake, el vocalista, fallecía el 8 de diciembre a causa de un cáncer. La banda británica fue una abanderada del rock progresivo y sinfónico, en el que fusionaban el rock con la música clásica y el jazz.
Otra banda que perdió dos miembros el mismo día es la mítica Jefferson Airplane, que estuvieron en primera fila en festivales ya míticos, como el de Woodstock, Monterrey y Altamont. El 28 de enero fallecía la primer vocalista, Signe Toly Anderson, y Paul Kantner, su fundador y guitarrista.
Particularmente trágico fue el destino del grupo Viola Beach. Los cuatro miembros de la banda británica y su representante perdían la vida en un accidente de coche en Suecia, país donde iban a participar esa misma noche en el festival Where is the music?
Con 68 años sucumbía a un infarto derivado de un cáncer de pulmón Jimmy Bain, exbajista de Rainbow y Dio el 24 de enero. Y en el mismo escenario se dejaba la vida Nick Menza, exbatería de la banda de trash metal Megadeth el 21 de mayo.
Dentro del apartado del pop también ha habido bajas, como el fundador y guitarra de The Eagles, Glenn Frey. Contaba con 67 años y arrastraba desde hace tiempo severos problemas de salud. 150 millones de álbumes vendidos hacen una idea de la trayectoria de esta banda inolvidable. El cantante británico Black, famoso mundiálmente a finales de los años 80 por su tema Wonderful life no conseguía sobrevivir a las lesiones sufridas en un accidente de tráfico dos semanas antes, momento desde el que se encontraba en coma inducido. La vocalista Denise Matthews, a quien Prince apadrinó como Vanity, y con quien mantuvo una relación sentimental murió poco antes que su expareja debido a los problemas renales que arrastraba desde que perdió un riñón debido al abuso de alcohol. Desde hacía tiempo se había retirado de la música y era predicadora evangelista.
El llamado quinto Beatle, el productor George Martin, que aupó a la cumbre a los chicos de Liverpool, abandonaba este mundo el 8 de marzo. También compuso las bandas sonoras de sus películas (por A hard day’s night le premiaron con un Oscar), y actuó de productor de otros grandes como Elton John. Otro productor que fenecía era el australiano Roger Stigwod, manager de bandas como Cream o The Bee Gees, además de producir musicales tan importantes como Hair o Jesucristo Superstar o filmes de culto como Fiebre de sábado noche.
Especial dolor nos causó la temprana muerte de Thomas Fekete, guitarrista de la banda californiana Surfer Blood. El año anterior le diagnosticaron un cáncer que pronto se extendió a sus pulmones y médula espinal. Nada pudieron hacer sus compañeros y fans, que recogieron dinero para costear su tratamiento médico, y nos dejó con solo 27 años el 31 de mayo.
Un mes más tarde nos fallecía Rob Wasserman, bajista, compositor y productor, colaborador habitual de grandes como Elvis Costello o Lou Reed. Contaba 64 años y su enfermedad ha sido mantenida en secreto por su círculo cercano.
En julio nos llegaba la noticia de la defunción de Danny Smythe batería y fundador de la banda de pop rock sesentera The Box Tops, que nos dejaron, entre otros temas, la inolvidable The Letter.
Una banda indie que comenzaba a despuntar, los escoceses The Lapelles, perdían a su vocalista, Gary Watson, el 14 de agosto en un accidente de tráfico el día antes de cumplir 22 años.
Apaciblemente, mientras dormía, fallecía Alan Vega, líder de Suicide y pionero del punk-rock neoyorkino. Otro nombre de referencia y reverencia, Bobby Vee, todo un peso pesado del doo-wop, nos dejaba en octubre. Su ascenso comenzó de forma trágica, sustituyendo a Buddy Holly en el concierto en el que tenía que haber actuado cuando perdió la vida en el accidente aéreo el día que la música murió. Su trayectoria estuvo llena de éxitos, aunque solo llegó a número uno su balada Take good care of my baby.
El compositor de la mítica Thriller de Michael Jackson, Rod Temperton moría en el mes de septiembre a los 66 años de edad. No fue su único éxito, ni mucho menos. Compuso para Quincy Jones (su canción de El color púrpura estuvo a punto de ganar el Oscar), Donna Summer, George Benson o Mariah Carey entre otros.
El 23 de octubre un paro cardíaco segaba la vida de Pete Burns (57años), el excéntrico líder de la banda de synth pop Dead or Alive. También de un infarto, esta vez al otro lado del Atlántico, fallecía en su casa de Tennessee Leon Russell, cantante y pianista que, además de su carrera en solitario, actuó con grandes de la talla de Jerry Lee Lewis, Joe Cocker o los Byrds, produjo a Bob Dylan y fue arreglista del todopoderoso Phil Spector.
En nuestro país vecino acababa sus días Jean Jacques Perrey, músico, productor pionero de la música electrónica.
En el apartado del soul, la gran pérdida en este 2016 ha sido la de Sharon Jones. A su portentosa voz el éxito le llegó tardío, aunque no cejó hasta lograrlo, publicando su primer álbum en 2002, ya con 46 años, aunque su verdadero éxito le llegó con su tercer disco, 100 days, 100 nights (2007). Nada pudo su fuerza contra un cáncer de páncreas que se la llevó por delante el 18 de noviembre.
Maurice White, fundador de la mítica Earth, Wind & Fire, fallecía a los 74 años en Los Ángeles a consecuencia de la enfermedad de Parkinson. La banda, que comenzó en la década de los 70 fue famoso gracias a su fusión de estilos, que abarcaban dance, soul, funk, r&b, y llegó a conseguir 6 premios Grammy, estando nominados a 20 en toda su carrera.
El mundo del jazz no se ha librado de bajas entre sus filas. Gato Barbieri, el gran saxofonista de jazz argentino moría en Nueva York el 2 de abril a los 83 años, que dejó para la posteridad, entre otras obras, la banda sonora de la película El ultimo tango en París. En Carolina del Sur fallecía Mose Allison a los 89 años de edad. Tuvo una gran carrera como compositor de jazz y blues, además de cantante y pianista; los mismísimos Pixies le dedicaron el tema Allison.
Argentina y en general, el mundo del tango, sufría la perdida el 13 de abril de Mariano Mores, toda una leyenda del género por su singular estilo.
En el mismo continente, aunque conocido en todo el mundo de habla hispana, fallecía a los 66 años víctima de un infarto Juan Gabriel, toda una leyenda en su Mëxico natal, donde era conocido como El divo de Juárez. Más que un compositor fue un símbolo de la cultura popular, un superviviente de la pobreza y la marginación.
La música africana despedía en abril a Papá Wemba, conocido como el rey de la rumba congoleña. Su muerte supuso toda una conmoción en el país, máxime cuando su fallecimiento se produjo en el escenario, durante una actuación en Costa de Marfil.
En España, el luto musical comenzaba el 13 de marzo con la inesperada muerte de Alejandro Espina, bajista de la famosa banda de los 80 Ilegales. Fallecía de un infarto en su casa de Oviedo a los 45 años de edad cuando esa misma semana comenzaba una gira con el grupo que le hizo famoso. Apenas un mes después, el 4 de abril, nos abandonaba Manolo Tena, famoso por su carrera en solitario y por sus participaciones en bandas como Alarma!!! y Cucharada. Un cáncer tenía la culpa, tras haber superado sus adicciones a las drogas (Sabina le escribió la canción Conductores suicidas) que a punto estuvieron de acabar con él años antes, y en una nueva etapa de renacimiento, con el álbum Casualidades grabado en el 2015.
El mes de julio resultó fatídico para el flamenco, que perdió unas cuantas figuras representativas. Juan Carmona, El Habichuela, gran guitarrista del género, falleció 2 de julio a los 83 años. Su estirpe, comenzado por su abuelo, continúa a través de sus hijos, los músicos Juan José y Antonio Carmona, miembros del grupo Ketama. El día 14 fallecía el cantaor Juan Peña El Lebrijano, integrante de una saga de artistas, y que se había ganado un nombre propio homenajeando en sus versos a grandes como García Márquez o Caballero Bonald. Para terminar el triunvirato, el día 30 fallecía José Menese, gran cantaor que también fue un apasionado de llevar las letras de autores españoles a su cante, en este caso a Miguel Hernández y Quevedo. Pocos días despues, el 8 de agosto moría Dolores Vargas, La Terremoto, figura importante de la rumba catalana y cuyo tema, Achilipú, todos recordamos.
Comprenderán la dificultad de escoger una canción, pero nos parece bastante representativa y emotiva para homenajear a todos, y a su propio autor, el Hallelujah del maestro Cohen. Siempre eternos, descansen en paz.
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Concha Gallén
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