Aunque previamente en Velvety ya habíamos hablado de estados depresivos y hasta tendentes a la psicopatía, además de tratamientos a base de química para paliarlos, nuestra selección musical de hoy se basa en desórdenes mentales de todo tipo, algunos abocados a la locura y otros producto de los exigentes tiempos que vivimos. 5 CANCIONES que transitan por la fina línea que separa la cordura de la demencia y, en el caso de algunas, retazos autobiográficos de algunos de los demonios de su compositor. Una lista llena de himnos inapelables del rock de las últimas décadas con cierta tendencia a la enajenación. Bendita locura en todo caso.
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1. CRAZY (Gnarls Barkley).2006
Gnarls Barkley, el nombre bajo el que se esconden el productor Danger Mouse (Brian Burton) y el vocalista Cee-Lo Green (Thomas Callaway), debutaron en 2006 con una de las canciones más impactantes de este siglo. La rotunda Crazy se alzó rápidamente con el puesto más alto de la mayoría de las listas de éxitos, incluida la inglesa (nueve semanas seguidas) además de la segunda posición en las norteamericanas (otras siete semanas consecutivas en el segundo puesto, frenada por la canción Promiscuous de Nelly Furtado, manda narices) y top 10 en numerosos países. Un enorme tema que hablaba de perder la cabeza y buceaba en las lindes de la locura, un lugar no del todo malo según Cee-Lo Green, autor de la explícita lírica, I remember when, I remember, I remember when I lost my mind / there was something so pleasant about that place. / even your emotions had an echo / in so much space, que se basó en su propio caos interno para buscar un lugar en su cerebro en el que sentirse seguro y que tras una conversación con Danger Mouse supo plasmar en una emocionante letra, aderezada por una de las lineas de bajo más impactantes que se recuerdan. Y de regalo un psicodélico videoclip realizado al estilo del test de Rorschach. Grande.
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2. UNDONE-THE SWEATER SONG (Weezer).1994
Una de las mejores canciones de la banda californiana fue el primer tema escrito por el frontman de la misma, Rivers Cuomo, en 1991, aunque no editado hasta 1994 en su álbum de debut. El primer sencillo de Weezer expresaba a la perfección las derivas mentales que atravesaba el líder de la banda de Los Angeles en aquella época. La paulatina destrucción del jersey protagonista del tema es la metáfora de la que se vale Cuomo para ilustrar el fino hilo que en ocasiones se va rompiendo en nuestra cabeza y que puede desembocar en la desnudez total, el equivalente a la locura: if you want to destroy my sweater, hold this thread as I walk away / watch me unravel, I’ll soon be naked / lying on the floor, I’ve come undone. Con una melodía cadenciosa que se pega como el chicle, basada en el tema Welcome home (Sanitarium) de Metallica y capaz de transmitirnos toneladas de emociones, los californianos dan en el clavo una vez más y firman uno de los grandes temas de rock alternativo de los noventa. ¿Quién hablaba de Cuomo para el Nobel de Literatura de 2020?
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3. MAD WORLD (Tears for Fears).1982
El dúo británico formado por Curt Smith y Roland Orzabal consiguió el primer éxito en su país con este mítico tema que habla de un joven deprimido que se siente fuera de lugar en este mundo. Él ve la vida como algo vacío y busca la manera de escapar del dolor. La célebre frase the dreams in which I’m dying are the best I’ve ever had (los sueños en los que me estoy muriendo son los mejores que he tenido) sugiere ideas de suicidio, aunque fue inspirada por la Terapia Primal del Dr. Arthur Janov, que Orzabal había estudiado poco antes. Esta forma de psicoterapia, que nació en 1970 con el objetivo de curar traumas psicológicos, abogaba por la liberación del dolor reprimido y ha sido siempre muy cuestionada, aunque captó la atención del público después de que John Lennon iniciara un tratamiento de la misma con el propio Arthur Janov. En cualquier caso, Tears for Fears, inspiraciones aparte, crearon un inquietante tema, incluido en su álbum de debut, The Hurting (1982), que hace cuestionarse muchas cosas sobre nuestra presencia en el mundo y uno de sus himnos más reconocibles. Néctar.
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4. BASKET CASE (Green Day).1994
Billy Joe Armstrong escribió este clásico de la discografía de Green Day cuanto tenía 22 años basado en los trastornos de ansiedad y de pánico que padecía en esos momentos. Un imprescindible tema que es una explícita descripción de la inestabilidad emocional y que supuso una catarsis para el líder de los californianos: la única manera que tenía de tratar con los trastornos era escribir una canción sobre ello, afirmaba. La confusión, la duda, la ansiedad, la incoherencia o la contradicción planean sobre este efectivo corte de pop punk, incluido en el tercer trabajo de la banda, Dookie (1994), su álbum más conocido y el que les propulsó a la primera línea del resurgimiento del punk a principios de los noventa. El título del tema, Basket case, en argot describe a una persona emocionalmente inestable, disfuncional o completamente inútil y fue acuñado durante la Segunda Guerra Mundial para referirse a los soldados con los miembros amputados. Con una letra bastante irónica y un vídeoclip de acompañamiento en tono cómico ambientado en una institución mental, la canción tiene más trasfondo del que aparenta, eso sí, revestida de un infeccioso ritmo guitarrero que ha envejecido estupendamente.
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5. SHINE ON YOU CRAZY DIAMOND (Pink Floyd).1975
Un tributo de 25 minutos a Syd Barrett, uno de los miembros fundadores de la mítica banda británica, que en las sesiones de grabación del álbum Wish you were here (1975) ya se encontraba en un cerrado ostracismo, alejado de la prensa y de la escena del rock tras varios episodios lamentables, producto de su adicción al LSD (fue expulsado de la banda en 1968 por este motivo y por sus problemas mentales). De hecho en estas mismas sesiones, la banda se encontró en la sala de grabación a un tipo que nadie conocía, hasta que se acercaron y vieron que era Barrett, totalmente irreconocible, sin cabello, las cejas afeitadas y vistiendo una gabardina blanca con zapatos del mismo color. El propio título de la canción ya es un homenaje en toda regla mediante un acrónimo (Shine on You Crazy Diamond) al compositor de los primeros éxitos en los sesenta de Pink Floyd. Un sentido y largo homenaje dividido en nueve partes, plagado de riffs y con una lírica demoledora (nobody knows where you are, how near or how far (…) come on you raver, you seer of visions, come on you painter, you piper, you prisoner, and shine!). Un tributo en vida para un peculiar personaje que pasaría los veinte últimos años de su vida en el anonimato, viviendo en casa de sus padres y sin recordar absolutamente nada de Pink Floyd ni de sus antiguos amigos, hasta su muerte en 2006.
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CÉSAR ALONSO
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