Ciencia para todos los públicos hoy en Velvety. Nada de experimentación musical sino contagiosos temas inspirados por la curiosidad científica de algunos artistas, que hemos rescatado en nuestra habitual lista de 5 CANCIONES y que transitan entre ritmos populares, new wave, rock y punk para demostrarnos que la ciencia está al alcance de todo el mundo. Hemos dejado de lado las canciones frikis sobre el tema, en general versiones descacharrantes de clásicos con letras adaptadas para la ocasión, que repasaremos en futuras listas. Hoy cinco visiones musicales sobre la ciencia, para hacerla aún más atractiva y accesible. Disfruten.
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1. WHY DOES THE SUN SHINE (They Might Be Giants).1993
Siendo honestos, probablemente podríamos haber llenado nuestra lista de ciencia con cinco canciones de They Might Be Giants, el encantador dúo compuesto por los incombustibles John Flansburgh y John Linnell, uno de los grupos más originales y entretenidos que salieron de la escena alternativa de Brooklyn en los ochenta. Unos músicos de lo más creativos e inquietos, con afición por todo lo científico (Particle man, I’m a paleontologist, Nanobots, Science is real), y que han editado varios álbumes educacionales para niños dedicados enteramente al mundo de la ciencia. Why does the sun shine, el tema que rescatamos hoy, pertenece al EP de versiones de mismo título que sacaron en 1993, aunque más tarde la regrabaron para el álbum Severe tire damage (1998) y la incluyeron asimismo en el delicioso álbum infantil Here comes science (2009). La canción es una versión de un clásico escrito en 1959 por el compositor Hy Zaret (creador de Unchained melody) e interpretado por el cantante folk estadounidense Tom Glazer. Un cover vitaminado a ritmo punk, con unos juguetones teclados y una pegadiza melodía, con una lírica tremendamente edificante que nos cuenta varias curiosidades sobre el astro rey (por ejemplo, ¿sabían que si el Sol estuviera vacío, un millón de Tierras podrían caber dentro?, y sin embargo el Sol es solo una estrella de tamaño medio). En un mundo ideal, la canción sería un material de estudio obligatorio en todas las escuelas de secundaria.
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2. HISTORY OF EVERYTHING (Barenaked Ladies).2007
History of everything recorre 14 mil millones de años de la historia en menos de dos minutos. Emulando a Bill Bryson y su Una breve historia de casi todo, el popular libro que a principios de este siglo explicaba la ciencia al gran publico, los canadienses Barenaked Ladies ilustran musicalmente a toda velocidad la evolución, el destino de los dinosaurios, la edad de hielo, y mucho más, en un pegadizo tema, popularizado por ser la sintonía de la serie The Big Bang Theory. Después de leer el libro de Simon Singh ‘Big Bang: The Most Important Scientific Discovery of All Time and Why You Need to Know About It‘, el cantante de la banda, Ed Robertson, improvisó una canción acerca de la teoría cosmológica durante un show en Los Ángeles, con la fortuna de que entre el público se encontraban Chuck Lorre y Bill Prady, los creadores de la popular comedia The Big Bang Theory, que precisamente estaba en proceso de elaboración del episodio piloto y encargaron a Robertson y los suyos la elaboración del tema principal. Una canción, que en principio debía durar 15 segundos y que se fue hasta los 32 en la grabación inicial, con un inapelable ritmo y una educativa letra para leer con calma que contiene divertidas frases como Australopithecus would really have been sick of us debating how we’re here, they’re catching deer (we’re catching viruses). Más imprescindible ciencia para dummies.
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3. SHOW ME HOW THIS THING WORKS (Cracker).2009
Todos hemos sido científicos alguna vez. Sobre todo, cuando eramos niños y demostrábamos nuestra curiosidad desarmando todo lo que se pusiera a nuestro alcance para después volverlo a montar. Para ese alma curiosa que llevamos dentro los californianos Cracker compusieron este gran tema, incluido en su estupendo octavo álbum Sunrise in the land of milk and honey (2009) e inspirado en palabras de David Lowery, el cantante de la banda, en la ayuda que prestó a un amigo con un problema de finanzas y el orgullo que sintió de volver a sentirse cerca de su ciencia favorita. Hay que reseñar que Lowery es un entrenado matemático que ha trabajado como quant (un operador de derivados y analista financiero) y una de las mentes más brillantes dentro de la industria musical actual, por lo que nos parece idóneo para perpetuar la curiosidad por el funcionamiento de las cosas a través de sus canciones. Un tema excelso, en todo caso, de aguerrido rock guitarrero desde la soleada California para dejar a la ciencia en buen lugar.
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4. SCIENCE FRICTION (XTC).1977
Hacemos un pequeño acercamiento a la ciencia ficción, o más bien a la infecciosa ciencia fricción que los nuevaoleros británicos XTC nos proponían con descaro en una de sus primeras grabaciones. Una banda que nunca disfrutó de grandes éxitos comerciales, pese a que tuvo algunos reconocimientos en los rankings del Reino Unido y Canadá con temas como Making plans for Nigel (1979) o Senses working overtime (1982) y temas redondos como Dear God (1986), pero que atesoraban un sonido áltamente infeccioso, obra de dos grandes como Andy Partridge y Colin Moulding, almas pensantes de la banda británica. Una de las canciones que grabaron para 3D (1977), su primer EP, fue el acelerado single Science friction, un sincopado ejercicio de punk vertiginoso jalonado por un omnipresente teclado y un ritmo irresistible que se ha convertido en objeto de coleccionismo por las escasas copias existentes. Una aproximación al mundo de la ciencia con humor, frivolidad y muchas dosis de surrealismo (science friction burns my fingers, electricity still lingers. Hey put away that ray, how do you martians say I love you) que, casi cuarenta años después, sigue sonando igual de fresco.
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5. TEOREMA DE THALES (Les Luthiers).1967
Nunca el estudio de las matemáticas resultó más divertido. Los maravillosos cómicos argentinos Les Luthiers, autores de varias imprescindibles piezas científicas, incluyeron en su primer álbum Sonamos pese a todo (1971) la explicación definitiva de uno de los teoremas más antiguos y recitados. La idea surgió cuando Carlos Núñez Cortés, una de las caras visibles de Les Luthiers, tenía 19 años y, cursando segundo año de química, no conseguía meterse en la cabeza un enunciado de análisis matemático; finalmente se le ocurrió acoplarle una melodía cantable, que resultó ser un inmejorable recurso nemotécnico. La presentación que hacen los argentinos del Teorema resulta bastante clarificadora: Johann Sebastian Mastropiero dedicó su divertimento matemático, op. 48, el Teorema de Thales, a la condesa Shortshot, con quien viviera un apasionado romance varias veces, en una carta en la que le dice: ‘Condesa, nuestro amor se rige por el Teorema de Thales: cuando estamos horizontales y paralelos, las transversales de la pasión nos atraviesan y nuestros segmentos correspondientes resultan maravillosamente proporcionales’. Una descacharrante pieza pianística repleta de coros de altura donde el ingenio de los bonaerenses queda patente a cada nota y una inmejorable manera de aprenderse aburridos teoremas sin apenas esfuerzo. Muy grandes.
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CÉSAR ALONSO
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