En la década de los ’70 y ’80 surgían en el panorama musical nuevos estilos que rompían con estructuras previas e influirían la música desarrollada posteriormente. Uno de los grupos incluido en estos géneros (glam y new wave) y clara inspiración para otros muchos fueron el original tándem formado por los hermanos Ron y Russell Mael. A los incombustibles Sparks dedicamos hoy nuestra sección. Y es que 40 años continuados de música lo merecen.
Nacidos como banda en 1971, fueron poco profetas en su tierra en sus inicios, por lo que cambiaron su L.A. natal por Inglaterra, donde sembraron fans incondicionales y vio la luz su mejor álbum, Kimono my house (1974), en el que demuestran su facilidad para cambiar de registros y ser capaces de combinar su sonido glam con canciones más pop y disco, siempre conservando su estética e identidad rompedora y su sentido del humor. Así lo demuestra su gran éxito incluido en este álbum, This town ain’t enough big for both of us, difícil de catalogar, a medio camino entre la ópera (con la voz de soprano de Rusell) y sus rokeras guitarras afiladas hasta rozar el heavy.
30 álbumes en su trayectoria artística dan para mucho. Incluyen colaboraciones estelares, como Faith no more y Jimmy Sommerville en Gratuitous sax and senseless violins (1994). Con Lil’ Beethoven (2002), homenajean la música clásica de forma nada ortodoxa, fusionando violines y clavicordios con sintetizadores y aliñándolo con sus ya míticas letras sarcásticas, sello de la casa. Son capaces de versionar sin pudor a The Beatles en I want hold your hand en su LP Big Beat (1976) dándole un toque soul con esos falsetes solo posibles para el menor de los Mael. En 2008, para presentar su álbum nº 21, idearon el lanzamiento de una serie de conciertos bajo el nombre de Sparks Spectacular, en los que interpretaron uno por uno sus discos a lo largo de 20 noches consecutivas.
La voz lírica de su cantante, fácilmente confundible con un timbre femenino, y sus orquestales arreglos les sitúan en ocasiones en la línea del grupo Queen (quien, por cierto, fue telonero de los californianos en uno de los primeros conciertos de los londinenses, en la ciudad del Thamesis).
Dentro de su campo de influencia podemos distinguir a grupos tan dispares como Pet Shop Boys, Depeche Mode, Faith no more, They Might Be Giants o Franz Ferdinand. También se ve su influjo, en lo que estética se refiere, en el musical Rocky Horror Picture Show.
Tras 44 años siguen más activos que nunca. Franz Ferdinand y en especial su líder, Alex Kapranos, nunca ha ocultado su admiración por los californianos. Debe de ser un sueño cumplido formar un grupo con ellos. Recién salido del horno tenemos a FFS, que bajo el mismo nombre sacará su primer álbum (esperamos que no último) en Junio de este año y a los que podremos disfrutar en el Festival de Benicassim, en el que han confirmado su participación. A la espera del disco, ya hemos podido paladear alguno de sus singles, como Colaborations don’t work, Johnny Delusional o Piss off.
Para terminar, no nos podemos resistir a incluir la sinfónica This town ain’t big enough for both of us, que bien podría ser el título de un western, y con la que Sparks alcanzó la fama. Disfruten.
Concha Gallén. Psicóloga&Coach
SÍGUENOS EN FACEBOOK
Un comentario sobre “DESNUDANDO LA MÚSICA: Cuatro décadas de Sparks”