Hay una cita atribuida a Einstein que dice La casualidad es la manera que tiene Dios de mantenerse en el anonimato. No sabemos si es así o sí George Harrison, ferviente budista, estaría de acuerdo, pero lo que es cierto es que pocas ocasiones acaecen en la historia de la música en las que la totalidad de los miembros de un grupo tienen un talento descomunal individualmente. Este fenómeno con ínfimas probabilidades de repetirse ocurrió a finales de los 80 cuando, mezcla de amistad, mezcla de casualidad, se creo el supergrupo Traveling Wilburys. Este es un resumen de su historia.
En 1988 George Harrison se encontraba grabando su álbum Cloud nine bajo la producción de su amigo Jeff Lynne en el estudio de Bob Dylan. En una cena, invitó a su también colega Roy Orbison a hacer una colaboración. Uno de los días de grabación, a George se le olvidó la guitarra en casa de Tom Petty y regresaron juntos al estudio. Si a esta estelar reunión de músicos se une que a la Warner Bros. la canción Handle me with care le pareció demasiado buena para una cara B del disco del ex Beatle y que a George Harrison le apetecía para el siguiente proyecto grabar un álbum con otros amigos sin tener que abandonar las carreras individuales de cada uno, tenemos todos los elementos que parieron una banda sin precedentes.
Aunque sobra nombrar el currículo previo de cada uno de los componentes, no podemos evitar hacer una somera mención. Tres de ellos provenían de superbandas. George Harrison, el guitarrista de The Beatles (discreto y a la sombra de Lennon y McCartney hasta su carrera de solista), Jeff Lynne, 16 años cosechando éxitos con la Electric Light Orchestra y considerado uno de los productores musicales más importantes de todos los tiempos y Tom Petty, cerebro de Tom Petty & The Heartbreakers. Y con una impresionante e influyente carrera como solistas el resto del quinteto, Roy Orbison y Bob Dylan.
Respecto al nombre de la banda, aunque la versión más popular explica que hace referencia a los trozos de canciones que en la edición final han de eliminarse (We’ll bury them), para los académicos existe toda una controversia sobre su etimología. Para algunos hace referencia a un grupo de feriantes de la Edad Media que viajaban cantando canciones populares alternadas con baladas más modernas. Para otros el nombre del grupo es un anagrama que hace referencia nada menos que a The Globe, el teatro que acogió la mayoría de las obras de la compañía de William Shakespeare, durante una época en la que las representaciones tuvieron que ser interrumpidas por una plaga infecciosa. Otros comentan que los Wilburys fueron un pueblo sedentario que al ser conscientes de que no podían sobrevivir en el mismo lugar comenzaron a hacer vida nómada.
Polémicas aparte, los integrantes introdujeron una nota de humor o quizá un guiño a la amistad adoptando cada uno un seudónimo cual si de una verdadera familia se tratara: Nelson, Lefty, Otis, Lucky y Charlie. De apellido Wilburys, faltaría más.
El magnífico álbum se grabó a marchas forzadas, puesto que Bob Dylan comenzaba una gira dos semanas después. Así que el ritmo de trabajo se decidió que sería ¡una canción diaria! Solo unos monstruos de esta categoría podrían componer de esta forma temas como Not alone anymore, The end of the line, Heading for the light.… La grabación del álbum tuvo lugar en diez días en el estudio de Dave Stewart, la mitad del grupo Eurythmics.
El resultado fue Traveling Wilburys vol. 1, que vendió dos millones de copias durante los seis primeros meses, triple disco de platino tras cincuenta semanas en lista RIAA estadounidense, ganador del Grammy a mejor interpretación de rock de un grupo y nominación a mejor álbum del año, entre otros premios.
Pero la vida no siempre tiene finales felices. Dos meses después de la publicación, Roy Orbison fallecía de un paro cardiaco. Se pensó es sustituirle por Del Shannon, el autor de Runaway, pero estando en negociaciones, se suicidó pegándose un tiro con un rifle. Le homenajearon en las sesiones del segundo y último álbum de la banda, Traveling Wilburys vol. 3 haciendo un cover de su más famosa canción. Con el fallecimiento por cáncer poco después del alma mater, George Harrison, terminó todo intento de continuación del fabuloso proyecto.
Para siempre nos quedan dos discos maravillosos. Escogemos para deleitarnos la canción que dio vida a la banda, Handle me with care, con un Roy Orbison, como no podía ser de otra manera, en estado sublime. Gracias por todo, hermanos Wilburys.
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CONCHA GALLÉN (Psicóloga & Coach)
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