DESNUDANDO LA MÚSICA: Caprichos de estrella

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El lujo y el buen vivir, en ocasiones en exceso, es un denominador común a gran parte de los ídolos musicales: casas, coches, yates, joyas… Pocos se libran de una ostentación que a veces llega a ser enfermiza. Por eso al resto de lo humanos nos suele llamar la atención que, pudiendo abastecer sus caprichos sobradamente, sometan a los promotores o discográficas a la obligación de satisfacer las peticiones más peregrinas y banales que solicitan en sus giras, entrevistas o actuaciones.

Al igual que en el mundo del cine el caché de un artista se mide por la longitud de la caravana en la que descansa entre toma y toma, en el mundo de la música la equivalencia serían las demandas para sus camerinos. El poder de un artista sería directamente proporcional a la cantidad de exigencias, por muy extravagantes que sean, que los organizadores están dispuestos a satisfacer.
Comenzamos por la sencilla Lady Gaga. En los camerinos de la diva siempre debe contar con el mismo número de mesas, sillas, vasos y platos. Ella jamás se sienta en el lugar donde se han posado otros traseros, por lo que siempre hay un número de asientos intocables. Lo del tanque de oxígeno ya es un must.

Los Rolling Stones en algunos aspectos suelen ser más comedidos, Por ejemplo, quieren sus propios muebles, pero son ellos los que los aportan. Curiosamente, piden un área donde puedan practicar ejercicio físico. Ay, con lo que han sido estos chicos.. Pero como siempre algo queda, por si las moscas también solicitan que haya una sala de primeros auxilios…Ah, y 600 toallas…

Una de las estrellas más excéntricas y caprichosas es Mariah Carey. Famosa por sus desplantes, una vez se negó a actuar en un concierto porque tenía que subir unas escaleras para acceder al escenario. Durante una firma de discos en Londres, solicitó una mesa valorada en 50.000 libras acompañada de un trono, para asegurarse estar en su esencia. No entra en los hoteles si antes no despliegan una enorme alfombra roja y colocan velas blancas en recepción. Y nada de inodoros usados, han de estar esperando a que ella los estrene. A su favor hemos de decir que da trabajo a mucha gente: contrata a 11 guardaespaldas para que la rodeen mientras come y así nadie pueda observarla y tiene una asistente con una única labor, acercarle un vaso de agua cuando tiene sed.

Jennifer López comparte con Maria su fobia a usar un inodoro ya utilizado. Para ello, o bien deben instalar uno nuevo, o que se adapte a un asiento protector con el que viaja. Curiosamente, uno de sus ex, el actor Ben Affleck, le regaló uno con joyas incrustadas, incluyendo zafiros, rubíes, perlas y un diamante. No es de extrañar que para ir a juego solicite que toda la grifería de sus habitaciones sea de oro y toda la decoración de la habitación únicamente de color blanco.

Shania Twain o es muy precavida o nos ha salido un poquito paranoica: exige que el escenario donde va a cantar sea barrido previamente por perros entrenados en la detección de bombas y explosivos.

Paulina Rubio hace extensibles sus excentricidades hasta sus fieles mascotas perrunas. En sus viajes ha de haber un espacio exclusivo para ellos con catering incluido. Elton John cuenta con un amplio historial de caprichos durante sus giras. Quizá los más excéntricos fueran un camino de plantas y flores a lo largo de todos los lugares por donde sus británicos pies fueran a pisar y una habitación extra en el hotel, a 16 grados de temperatura…para su colección de gafas.

Desde el burro para colocar la ropa de Rihanna, hasta las 20 líneas telefónicas que solicita Madonna pasando por los obligatorios caramelos marca M&M que pide el grupo Van Halen, infinitas son las curiosidades de las que podriamos ocuparnos.

Como colofón, la siempre original editorial Blackie Books publica en sus Cuadernos de Verano (las vacaciones Santillana de los que estudiamos EGB, pero para adultos) una lista con las más divertidas excentricidades de artistas. De entre ellas cómo no destacar la efigie de sí mismo en cartón a tamaño natural que pide el ex vigilante de la playa David Hasselhoff, un imitador de Bob Hope (Iggy Pop), pétalos de rosa en el váter (Barbra Streisand) y una prostituta calva y sin dientes (Marilyn Manson).
En fin, los famosos están hechos de otra pasta (esa de billetes de colores que el resto del mundo a veces ni llegamos a otear). Y como dice mi sabia madre, ‘nadie pide demasiado si tienes quien te lo dé’.

Así que como sabiamente canta Javier Krahe ‘Y todo es vanidad’, acabamos con su ironía sobre la exagerada importancia que en ocasiones nos damos a uno mismo, versionada por el gran Rosendo Disfruten.

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CONCHA GALLÉN (Psicóloga & Coach)

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