Que Band of Skulls es uno de los grupos británicos alternativos más interesantes del momento es ya un secreto a voces. Que la calidad de sus canciones y su impecable puesta en escena ha hecho correr ríos de tinta ya en su país de orígen no se le escapa a nadie. Y que desde el pasado 31 de marzo podemos disfrutar ya de sus nuevas canciones, con el esperado Himalayan (2014) en las tiendas, es ya un hecho y un sincero motivo de alegría.
El trío de Southampton, formado en 2009 por Russell Marsden, Emma Richardson y Matt Hayward lleva aún una corta carrera para sacar conclusiones precipitadas, pero contradicen el dicho popular que cada cierto tiempo pulula por la escena musical de que el rock ha muerto. Nada más lejos; grupos como Band of Skulls suponen una fundada esperanza de lo viva que está la escena rockera, sobre todo por tierras inglesas.
Tras el éxito de sus dos primeros trabajos, sobre todo del excelente Sweet Sour (2012), los británicos han variado un poco el modo de grabación de sus nuevos temas: Para los dos últimos discos estuvimos realmente aislados, lejos de todo el mundo. Habíamos encontrado unos estudios para grabar en granjas de Gales y Norfolk, asi que para este álbum elegimos una vida, digamos, de ciudad; grabábamos un día entero y después volvíamos a casa a descansar. Fue algo nuevo para nosotros, diferente, y creo que ha funcionado bien. Este disco es mucho más londinense, comenta Matt Hayward (batería del grupo)
Las nuevas canciones contenidas en Himalayan reflejan la épica y el sacrificio que han caracterizado la trayectoria de la banda en los últimos cinco años, pasando de actuar en pequeños locales a llamar a las puertas de grandes festivales. No se puede decir que lo más atractivo de su propuesta sea la originalidad, pues beben sin disimulo de otras propuestas alternativas como los Arctic Monkeys, The Black Keys o los Queen of the Stone Age. Sin embargo la calidad y la contundencia con que interpretan sus canciones es digna de elogio.
Nuestra canción de la semana, Asleep at the wheel, primera pista que fue dada a conocer de Himalayan, es puro garaje alternativo, con un ritmo contagioso que deriva en unos impecables riffs y en unos cambios de ritmo dignos de admiración. Una muestra de poder, contundencia y rabia mezclados con la fuerza visual del videoclip que acompaña a esta gran canción. Led Zeppelin y Jimi Hendrix envueltos para regalo en papel de seda.
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C.A